Como no podía ser de otra forma, después de haber monopolizado las estrategias de marketing del sector de la alimentación durante los últimos años y de haberse convertido en un tema de permanente actualidad, la “revolución de la vida saludable" ha llegado a los servicios de catering. Y, en opinión de los expertos, ha llegado para quedarse. Por eso, muchas empresas del sector se han apresurado a adaptar su estructura y su servicio a los menús biológicos, vegetarianos o simplemente más saludables, como la importante demanda de mercado que es.
Sin embargo, a nivel profesional conviene tener muy claros los conceptos. Cuando un cliente pide un catering biológico alude a un menú en que (si es posible íntegramente) los alimentos que lo componen han sido elaborados teniendo en cuenta criterios biológicos. En la comida biológica no se emplean pesticidas, herbicidas, hormonas y otras sustancias. El auge de este tipo de demandas surge de una percepción social (fundada o no) de que la comida que consumimos no ofrece suficiente información sobre cómo ha sido elaborada. Alarmas alimentarias como las “vacas locas", la fiebre aftosa porcina, las dioxinas y la gripe aviar, los cereales transgénicos, etc. han contribuido a esa sensación no necesariamente cierta de que sabemos poco acerca de lo que comemos. Pero el hecho es que la comida biológica es cada vez un tipo de comida más popular (más demandada), cosa que en combinación con la limitada producción (poca oferta) ha propiciado un aumento substancial de su precio.
Desde la perspectiva de una empresa de catering, este aspecto hay que tenerlo en cuenta a la hora de ofrecer a eventuales clientes un menú biológico, porque supondrá moverse en la franja alta de los precios del mercado. Por el contrario, las ventajas de la comida biológica frente a la comida de la industria agroalimentaria son numerosas, no sólo medioambientales o sanitarias, sino especialmente desde el punto de vista organoléptico. Estos productos se han concebido manteniendo los ritmos biológicos de crecimiento y formas tradicionales de producción, y por ello conservan los sabores más ancestrales: pan que no se vuelve goma a las horas, tomates que saben realmente a tomate, etc.
Catering vegetariano y vegano
Si la alimentación bio se está haciendo un hueco entre quienes desean tener una alimentación sana y respetuosa con el medio ambiente, otras personas tienen la necesidad real de acceder a servicios de catering que se ajusten a su estilo de vida vegetariano y vegano.
Aunque se estima que en España los vegetarianos y veganos (estos últimos son aquellos vegetarianos estrictos que no consumen ningún alimento derivado de animales, incluyendo por ejemplo huevos o leche) sólo representan aproximadamente un 0,5% de la población, se trata de un segmento de la población con importante poder adquisitivo. Por ello muchas empresas de catering han decidido adaptar algunos de sus servicios y menús a las personas vegetarianas, habituadas a pagar algo más por los productos y servicios de restauración que consumen. Algunas empresas de Catering, como la barcelonesa Soul Catering, se dedican exclusivamente a este tipo de servicios con éxito notable.
Catering para celíacos y alérgicos
Además de personas que desean llevar una alimentación biológica o basada en criterios vegetarianos, hay gente con dificultades de salud que les obligan a llevar dietas especiales, obviando determinados grupos de alimentos. Los celíacos, que presentan intolerancia al gluten, ven con preocupación cómo el 80% de los productos alimenticios manufacturados que se venden en los supermercados españoles contienen o pueden contener gluten. Se trata de un colectivo de unas 400.000 personas, a los que habría que sumar aproximadamente un millón de alérgicos en España. Los alérgicos alimentarios representan un segmento en aumento en todos los países occidentales y presentan diferentes niveles de tolerancia a los frutos secos y sus derivados, algunas frutas (melocotón), la leche y sus derivados, los pescados y mariscos, etc. Se calcula que el 3% de adultos y el 6% de los niños entre el primer y segundo año de vida son alérgicos a uno o varios grupos de alimentos. Se trata de cifras muy relevantes, porque suponen en casi cada grupo numeroso de personas que pide servicios de catering existen una o varias personas con algún tipo de intolerancia alimentaria. En muchas ocasiones, sólo las empresas de catering adaptadas a esta necesidad optan finalmente a ser contratadas, en hoteles, salones de celebraciones, etc.; pero sobre todo en hospitales y colectividades. Empresas como la murciana Teba ya han respondido a esta necesidad, creando menús especiales para alérgicos, y elaborando sus platos de forma segura pero manteniendo el valor y equilibrio nutricional.
Foto: Entreplats