El hecho de que comemos por la vista es, en muchos casos, una realidad. Por eso, queremos darte unos sencillos consejos para que la comida que sirves en tu catering sea de lo más apetecible, y que se refleje en la fotografía que muestras a tus clientes, a modo de presentación.
Con unos trucos básicos conseguirás que tus platos luzcan por sí solos, sin necesidad de filigranas o artificios. Y no te preocupes, no necesitas ser un experto fotógrafo o adentrarte en la terminología de la profesión.
El escenario
Lo primero que debemos preparar es el espacio de trabajo. Así como ponemos todo el menaje en las mesas del banquete para que quede perfectamente dispuesto, en una fotografía debemos poner incluso más mimo en los detalles. Unas sencillas recomendaciones: utiliza objetos sencillos que no sobresalten por encima de la comida, no sobrecargues la escena y combina los colores para crear armonía.
Hay trucos que harán que tus platos luzcan más, a ver qué te parecen.
- Evita colores estridentes, piensa que al fin y al cabo lo importante es la comida.
- Escoge menaje en concordancia con la comida y utiliza platos y vasos distintos (si dispones de ellos) para diferentes fotografías. Evidentemente, cuídate de que todos los objetos estén limpios y en buen estado.
- El fondo y la base de la fotografía es recomendable que sean firmes y lisos (sin arrugas o similares). Decóralos como más te guste, pero sin exagerar. Lo ideal es poner un fondo en forma de "L", para que la luz entre por un lateral y tengamos una segunda pared para jugar con la perspectiva.
- Poner un fondo blanco o de madera, así como de otros materiales naturales, ayuda a crear un espacio sencillo y en equilibrio. Puedes utilizar estampados como fondo (o lisos). Te servirán algunas telas, manteles, papeles de un tamaño grande, o también puedes adquirir fondos rígidos especialmente diseñados para este uso. La imaginación es el límite.
- Puedes hacer fotografías sin fondo, pero en ese caso lo importante es que mires bien qué hay alrededor. Cuidar los detalles es lo que distinguirá una simple fotografía de una buena fotografía.
Puedes ver un ejemplo de presentación al final del artículo (imagen 3).
La importancia de la luz
La etimología de la palabra fotografía significa “escribir con luz", no es capricho entonces que éste sea uno de los pilares fundamentales para sacar una buena fotografía. No basta con encuadrar y disparar sin más, sino que cada fotografía requiere una preparación si lo que pretendemos es conseguir una fotografía para chuparse los dedos. No hace falta disponer de un gran equipo de iluminación, y en ocasiones ni siquiera es necesario el uso del flash, que tantos quebraderos de cabeza nos puede provocar.
A la hora de hacer una fotografía, debes encontrar el lugar y el momento adecuado para hacerla. Si no tienes focos para iluminar o no te atreves a empezar con un equipo profesional de iluminación (insistimos en que no es necesario para conseguir buenos resultados), puedes probar con estos trucos que te damos.
- Elige una hora del día en que entre bastante luz por una ventana. Es mejor utilizar la luz natural y prescindir del flash, pues éste puede provocar alteraciones del color y la textura de los alimentos. Siempre es mejor hacer las fotografías en interior que en exterior, sobre todo si no tenemos mucha práctica: nos ayudará a controlar mejor la luz que entra en la fotografía.
- Pon todo el escenario que quieras al lado de la ventana. El espacio que prepares debe quedar de forma paralela al marco de la ventana, y hacer la fotografía desde el lateral. Con esto conseguirás que la luz penetre por un lado, rebote en el fondo de tu escenario e impregne el espacio con una luz suave y natural.
- Lo más importante es evitar las sombras, tenlo en cuenta a la hora de hacer el disparo.
Si quieres ver la diferencia entre usar flash y no usarlo, sigue leyendo hasta el final del artículo (imagen 2).
Somos más importantes que la cámara
Hoy día ya no es necesario disponer de una buena cámara fotográfica para conseguir buenos resultados. Es más, hemos llegado a un punto en el que con un simple smartphone podemos hacer fotos de buena calidad, con resolución suficiente para cubrir nuestras necesidades.
Evidentemente, contra más funcionalidades y más profesional sea la cámara, mejores resultados obtendremos, pero de poco nos sirve tener una cámara de última tecnología con mil y una opciones si no sabemos utilizarla y sacarle partido.
Por eso, lo más importante es que te tomes un tiempo para conocer tu cámara, sea cual sea, y conozcas las funcionalidades que te ofrece. Juega con ella, haz experimentos, pruebas, toquetea los botones y mira los resultados que consigues. Seguro que te llevas una sorpresa.
Y un último consejo: toma fotografías desde diferentes ángulos: desde el lado izquierdo, del centro, desde arriba, plano detalle (desde muy cerca del elemento) e incluso varia haciendo fotografías en horizontal y vertical. Contra más perspectivas tengas, mejor será la elección de las fotografías seleccionadas.
Si sigues estos consejos y practicas un poco te aseguramos que en poco tiempo verás de qué manera tus fotografías reflejan el trabajo bien hecho en la cocina.