Contar con la ayuda de un profesional puede evitar muchos quebraderos de cabeza. Foto: FreeDigitalPhoto.com
Qué hace una wedding planner:
- Gestionar proveedores: buscar los más adecuados, comparar, seguir buscando, pedir presupuestos, negociar condiciones.
- Elaborar un proyecto y un cronograma del evento, teniendo en cuenta todos los factores que puedan influir en su desarrollo.
- Dar ideas, aconsejar, estar disponible para el cliente.
- Hacer todas las compras que sean necesarias y acompañar al cliente siempre que quiera.
- El día del evento: supervisión, coordinación de proveedores y de personal.
- Invertir mucho tiempo en la preparación de cada evento, el mismo tiempo que le ahorra al cliente.
- Mantener el nivel de calidad en cada detalle del evento.
- Ajustar los gastos al presupuesto del cliente y hacerle beneficiario de todos los descuentos de los proveedores.
- Y en cada evento, lo que sea necesario: desde decorar a correr a hacer una compra de última hora, tapar a la novia con un paraguas o reponer la mesa de chuches.
Qué NO hace:
- Tomar decisiones sin consultar.
- Imponer ideas y gustos.
- Imponer proveedores.
No contrates a una organizadora de eventos:
- Si tu única razón para hacerlo es porque está de moda.
- Si crees que tú puedes encargarte de hacer su trabajo.
En definitiva, si no valoras lo que hace.