La boda es uno de los momentos más especiales de nuestra vida, ya que su celebración supone un paso importante en la consolidación de nuestra relación de pareja. De ahí que este acontecimiento lo queramos celebrar con nuestros familiares y amigos.
Tras la ceremonia llega la hora del convite, un momento en el que los novios dejan atrás los nervios y se relajan en compañía de los invitados. En lo que al mobiliario se refiere, el protocolo nupcial establece que el banquete debe estar compuesto por una mesa presidencial, donde se sentarán los novios acompañados de los padrinos, y un número determinado de mesas, en las cuales se colocarán los asistentes a dicho banquete.
A la hora de elegir el mobiliario, y a efectos de protocolo, en nuestro país nos inclinamos más por las mesas circulares que por las rectangulares o alargadas, ya que las primeras invitan a la interacción y comunicación con los demás. Pero hay más: el hecho de optar por una mesa circular exime de la obligación de elegir qué invitado se encargará de presidir la mesa rectangular. Si nos decidimos por mesas alargadas dispuestas en forma de U, la relación entre los asistentes se complica, ya que estos están muy separados los unos de los otros. Y qué decir de aquellos casos en los que contemos con amigos o familiares que no se lleven bien.
Por todo ello, en la mayoría de los banquetes se tiende a optar por mesas circulares. Aunque su capacidad es menor y solo constan de una única disposición (es decir, no podemos juntarlas para formar una U, por ejemplo), la versatilidad que proporcionan es innegable, tanto en cuestiones de espacio como a la hora de organizar nuestro seating plan.
Y¿qué pasa con los novios?, ¿dónde se colocan? En España es tradición que los novios se sienten en la llamada mesa presidencial, junto a los padrinos y los familiares más cercanos. Pero cada vez son más los convites en los que se apuesta por una organización diferente, que prescinde de esta típica mesa en pro de opciones más originales. Una de ellas es la Sweetheart Table, que no es más que una mesa solo para los novios. Ya sea separada o integrada con el resto de la sala, esta mesa, además de otorgar protagonismo a la pareja, les permite gozar de esa intimidad que necesitan tras el ajetreado día.
Del mismo modo, podemos desear celebrar nuestra boda sentándonos junto a nuestros invitados, formando parte, de manera activa, de cuantas conversaciones se desarrollen. Si elegimos esta opción, no será necesario que contemos con mesa presidencial ni con Sweetheart Table. Los novios se pueden sentar en la mesa de sus amigos, agrupando a los familiares en otra, o bien compartir mesa con todos los invitados por igual. En este último caso, el seating plan se puede organizar en función del grado de proximidad con la pareja.
Finalmente, si queremos que nuestro convite cuente con una mesa presidencial, debemos saber que ésta deberá colocarse en la zona más destacada del salón, ya que en ella se sientan los protagonistas del banquete. También aquí podremos elegir entre mesa rectangular o circular. La diferencia estriba en si queremos una mayor interacción con nuestros invitados o no. En algunas ocasiones la colocación de los novios y padrinos en una mesa circular los "aisla" del resto de mesas, ya que, aunque la mesa presidencial se disponga en el centro de la sala, una parte de los que la componen siempre dará la espalda al resto de asistentes. Por ello, se tiende a elegir una mesa presidencial alargada, donde los novios y padrinos pueden colocarse frente a los invitados, presidiendo la sala, como tiene que ser.