Siempre hemos comentado que las empresas de catering tienen que adaptarse a las necesidades de sus clientes, lo cual implica acoplarse a la situación actual y a los diferentes regímenes alimentarios presentes en la sociedad. No solo han tenido que plantear platos para personas con intolerancia al gluten, también han adecuado sus menús para hacer frente a clientes vegetarianos y veganos.
El vegetarianismo es un régimen alimentario en el que se excluye en consumo de carne. Hay vegetarianos que no consumen ningún plato que lleve ingredientes de procedencia animal, como huevos y lácteos, y los hay que comen solo algunos de estos ingredientes o ambos. Por ello lo primero que hay que conocer antes de elaborar un catering vegetariano es qué tipo de alimentos incluyen en su dieta los protagonistas del evento.
Asimismo, la empresa de catering deberá saber si todos los invitados al banquete de bodas son también vegetarianos o hay personas que siguen un régimen alimentario distinto, ya que tendrán que acomodar su menú para que todos los asistentes al convite puedan deleitarse con sus platos.
Con toda la información sobre la mesa, la empresa elaborará un menú adaptado a todos los invitados, un menú en el que el régimen vegetariano sea el auténtico protagonista. En función del grado de vegetarianismo, pueden prepararse platos con selecciones de quesos y patés, y apostar por las ensaladas, los arroces y risottos, las pastas y las verduras a la brasa o a la plancha. Una brillante opción es incorporar alimentos de origen oriental a los platos, como el tofu, el bambú, la seta enoki y la soja, por ejemplo.
Los frutos secos son una perfecta elección para preparar acompañamientos ricos y sabrosos, así como para elaborar salsas con las que aderezar los platos. Y qué decir de las verduras… Además de prepararlas a la plancha o a la brasa, son el ingrediente perfecto para cocinar sanas y nutritivas sopas y cremas con las que sorprender a nuestros invitados: gazpachos, porrusaldas sin bacalao, cremas de puerros frías…
Otros ingredientes que no pueden faltar son las legumbres, ya sea para acompañar ensaladas, ya sea para cocinar exquisitas cremas. Para los más pequeños, y los no tan pequeños, se pueden preparar también hamburguesas vegetales.
Y de postre, nada como ser fiel a los clásicos. Si los invitados toman lácteos, además de elaborar tartas y pasteles sin huevo, se puede degustar sin problemas una sabrosa fuente de chocolate aderezada con fruta de temporada. Si los protagonistas tampoco comen lácteos, habrá que preparar postres exentos de ingredientes de origen animal, como macedonias, mousses de frutas… Y, por supuesto, incorporar el tradicional kéfir, el de leche o el de agua, un producto típico de la zona caucásica que, amenizado con miel, canela, azúcar de caña o frutos secos, puede ser una brillante opción para el postre.