El vino es una bebida que siempre deja huella en las celebraciones, ya sea para bien o para mal. Puede deleitar el paladar de los asistentes a nuestro evento pero también puede estropear la comida si no se ha hecho la elección correcta.
Seleccionar un buen vino es una cuestión fundamental que no debemos tomar a la ligera. Por ello, a la hora de organizar nuestro banquete de boda tendremos que dedicar tiempo a seleccionar aquellos vinos que mejor se adapten al menú que vayamos a ofrecer a nuestros invitados.
¿Qué vinos elegir?
Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pedro Ximénez, Moscatel, Merlot, Cabernet Sauvignon, Verdejo, etc. La variedad de uvas para elegir un buen vino es enorme.
Normalmente, los blancos suelen servirse para acompañar los entrantes, así como aquellos platos elaborados con pescados y mariscos. Los tintos, por su parte, son ideales para aquellos platos en los que la carne sea el elemento protagonista. Pero además este vino marida sumamente bien con entrantes como el jamón o el queso, tan típicos de nuestra tierra. Además, según el tipo de carne de nuestro menú, podemos decantarnos por un crianza o echar mano de un reserva. El primero es ideal para platos con carnes blancas y de ave, y el segundo aporta el toque perfecto para acompañar las carnes rojas.
¿Y qué pasa con el postre? Podemos elegir algún vino dulce para acompañar la tarta y, por supuesto, un buen espumoso para aderezar los brindis y los primeros bailes. También tendrán que ser espumosos los vinos que sirvamos a nuestros invitados en la recepción de la boda, en ese momento en el que los asistentes están llegando y esperan con impaciencia la llegada triunfal de los novios a la celebración.
Como es lógico, tendremos que tener presente la época del año en la que vayamos a celebrar nuestra boda, así como si el convite se va a desarrollar en el exterior o en un espacio cerrado. Los tintos suelen ser vinos más pesados para beber cuando hace calor, por lo que estas cuestiones también debemos tenerlas en cuenta.
Más vale que sobre que no que falte
Igual de importante que la calidad también hay que tener en cuenta la cantidad, ya que ninguna boda que se precie debe quedarse sin esta singular bebida. Por supuesto, la cantidad de botellas dependerá del presupuesto con el que contemos y debe estar relacionada con el número de asistentes a nuestro convite. Asimismo, tendremos que repartir esa cantidad entre los tipos de vinos que beberemos en nuestro banquete: espumosos, tintos, dulces, etc.
Pero ¿cómo calcular este presupuesto? Lo mejor es que nos informemos sobre cuáles son los precios aproximados en el mercado, ya que estos datos nos servirán de base para designar un presupuesto medio por botella.
También tendremos que decidir cuántas botellas necesitaremos. Pues, como dice el refrán, más vale que sobre que no que falte. Normalmente, se calculan dos copas y media por persona. De este modo, dependiendo de las personas que conformen las mesas, estableceremos dos o tres botellas por mesa. Por último, es aconsejable que contemos con varias botellas de reserva.
Y si queremos darle un toque personal a nuestra boda, una idea interesante puede ser personalizar las etiquetas de los vinos que se vayan a servir en el banquete con los nombres de los novios o su foto. ¡Un recuerdo que nuestros invitados no olvidarán!