Se acercan las fiestas navideñas y con ellas la oportunidad de permitirnos algún que otro capricho gastronómico fuera de lo común. Un dulce típico de las fiestas en esta época del año es el turrón, un producto que hace las delicias de niños y adultos.
Blando o duro, la llegada de este manjar a nuestras casas es el auténtico sinónimo de Navidad. A todos nos pasa, es casi imposible escoger entre la infinidad de variedades de turrón que podemos encontrar hoy en día para compartir y disfrutar al lado de nuestros seres queridos en estas fiestas tan especiales.
Una idea para un regalo hecho con amor
Y ¿por qué no intentar hacerlo en casa? Un turrón hecho por tí mismo y envuelto con cariño podría ser el mejor regalo de bienvenida para los amigos y la familia, un pequeño detalle que expresa afecto y cariño gracias al tiempo que dedicaste en prepararlo para sorprenderles.
Historia del turrón
El turrón, uno de los manjares más característicos de las navidades españolas, tiene raíces árabes. En Al-Andalus se usaban la almendra y la miel para elaborar numerosos dulces y actualmente gran parte de la repostería que se realiza en España, especialmente en la región del sur, aún mantiene esta tradición.
Muchos son los estudiosos que ubican el origen del turrón en la península arábiga. Se basan en el tratado "De medicinis et cibis semplicibus" del siglo XI, escrito por un médico árabe, en el cual se habla del "turun". Los árabes fueron los encargados de exportar este postre a las costas mediterráneas de España y a Italia hasta que se convirtió en una tradición que llega a nuestros días.
La receta del clásico turrón blanco duro tiene una elaboración rápida y sencilla.
Ingredientes
- 200 gr de azúcar
- 60 ml de agua
- 15 gr de glucosa
- 130 gr de miel
- 2 claras de huevo
- 500 gr de avellanas y almendras, en la proporción que prefieras
- 2 obleas de pan de ángel (hostia)
Preparación
Tostar las avellanas y las almendras en una sartén o en el horno a 120º y mantenerlo caliente.
Calentar el azúcar con el agua y la glucosa hasta obtener un líquido blanco liso, con cuidado de no dejarlo caramelizar.
En una cacerola aparte calentar la miel y, entretanto, batir con una batidora eléctrica las dos claras de huevo hasta que queden espumosas. Prepara un bol bastante alto y monta las claras añadiendo una cucharadita de azúcar hasta obtener una crema bien firme.
Añadir el líquido del azúcar y la miel caliente a los huevos y seguir batiendo con delicadeza. En este punto incorporamos las avellanas y las almendras y mezclamos todo suavemente con la ayuda de una espátula.
Finalmente se vierte la mezcla sobre una oblea y lo nivelamos, una buena técnica es colocar la segunda oblea encima de la masa para nivelar con las manos y que quede uniformemente repartido.
Idea: puedes servirlo a los amigos que te visiten en casa durante las navidades y tomarlo como acompañamiento de té o vino blanco bien frío y los sorprenderás.