Llegan las Navidades, y con ellas, las comidas o cenas de empresa. Para la mayoría, un acontecimiento aburrido y monótono; para los menos, una reunión en la que mantener una relación distendida con tus compañeros de trabajo y jefes.
La disparidad de opiniones que despiertan las fiestas de empresas ha hecho que muchos intenten evitar a toda costa acudir a ellas. Bailar con compañeros de oficina que no soportas o escuchar los chistes del jefe no siempre son apetecibles. Por eso, algunos buscan excusas variopintas para huir de la fiesta de empresa.
Pero esto no tiene por qué ser así. Es decir, una fiesta de empresa no tiene por qué ser necesariamente aburrida, ni monótona. Las empresas especializadas en organización y gestión de eventos nos informan de las novedades que afectan a este tipo de celebraciones tan singulares.
- Fiesta temática. Decantarse por una fiesta temática puede ser una oportunidad interesante para darle un toque diferente y divertido a la fiesta de empresa. Para hacer que todo el mundo participe se puede elegir en tema entre todos por medio de una votación. También se pueden repartir las tareas para organizar esta celebración tan especial: un grupo se puede encargar de buscar un lugar adecuado a la temática; otro, de localizar la vestimenta que llevarán los asistentes; un tercer grupo se podrá encargar de la decoración; otro más, de contratar el cáterin, etc. De este modo, todos pueden sentirse identificados con la fiesta.
- Fiesta donde los juegos sean los protagonistas. Otra manera de hacer divertida una fiesta de empresa es organizar distintos juegos que, en el transcurso de la celebración, hagan participar a todos los trabajadores de la empresa, incluidos los jefes. Desde juegos por equipos, hasta competiciones de canto o concurso de disfraces, pasando por gymkanas, retos, juegos de investigación, organizar una competición deportiva, pasar por un photocall… Incluso podéis celebrar una obra de teatro en la que colaboren todos.
- Buscar otros escenarios. Organizar la fiesta de empresa en un sitio completamente diferente al típico restaurante es posible. Así, se pueden buscar espacios tales como un tablao flamenco, una bolera, el típico karaoke o un lugar al aire libre. El objetivo es que el sitio sea atractivo y tenga ese toque simpático que lo haga llamativo al resto de los empleados.
- Fiesta sorpresa. Delegar la organización de este tipo de eventos en una empresa y que esta planifique una celebración sorpresa que no conozca ni el propio jefe es quizá una idea muy sugerente. Se citaría a los empleados y directivos en un lugar determinado y la empresa organizadora se haría cargo del desplazamiento hasta el lugar elegido para la fiesta. Todo resulta nuevo, sorprendente y especial; nadie, ni siquiera los jefes, sabe lo que va a pasar después, todo es expectación e ilusión.
Lo que está claro es que las fiestas de empresa pueden ser un momento ideal para profundizar en esas relaciones que normalmente se gestan entre compañeros, relaciones que se ven interrumpidas por las prisas y el estrés propio del trabajo y que, si se cuidan, pueden acabar en grandes amistades.