Las más sorprendentes serán siempre las elaboradas a mano, con diseños a color (que llaman la atención de los más pequeños), formas similares a los origamis, frases extraídas de los dibujos animados o incluso citas musicales. Cualquier detalle puede convertir a esta invitación en un elemento único y original.
La decoración puede estar basada en una motivación concreta o por el contrario no presentar ningún tema en particular. Independientemente de la elección, lo que sí que es cierto es que ésta debe estar basada en elementos con mucho color, combinando las tonalidades de los globos, de las servilletas, de los manteles y de los vasos rellenos de chucherías hasta alcanzar una combinación sugerente para los más pequeños. Pueden incorporarse todos los tonos del arcoíris sobre la mesa, siempre teniendo en cuenta que cualquier tipo de preparativo estará limitado por el tema central seleccionado.
Si la anfitriona de la fiesta es una niña, que acostumbran a tener especial fascinación por las hadas, podéis difuminar el color de la mesa con purpurina plateada o incluso comprar platos, vasos y globos de color rosa.
Si decidimos decorar la sala con motivaciones centradas en el cuento de Alicia en el país de las maravillas, podemos llenar la mesa de cartas, tazas, teteras y otros elementos que aparecen durante la escena en la que el Sombrerero Loco organiza su fiesta.
Si el protagonista es un niño, uno de los temas más utilizados es el del mundo del automóvil. En muchas pastelerías o supermercados podemos adquirir chocolatinas con forma de coche, que pueden combinarse perfectamente con servilletas a cuadros blancos y negros, como la bandera de Fórmula 1.
Si el recinto o la sala en la que se celebra la fiesta dispone de mucho espacio puede optarse por instalar inflables gigantes, que a su vez suelen transformarse en juegos como los castillos o los toboganes.
Exceptuando las fiestas destinadas a niños de menos de dos años, la mejor opción para presentar la comida en este tipo de eventos es el buffet, que permite que los niños puedan divertirse y moverse sin tener que estar sentados alrededor de una mesa. Pueden prepararse pequeñas porciones para comer con las manos, que en caso de no ser consumidas son más fáciles de guardar y de conservar al vacío o en el frigorífico.
Es importante conseguir que la comida sea lo suficientemente atractiva como para atraer la atención de los más pequeños, incluyendo mini croissants, albóndigas, pequeñas hamburguesas o frankfurts.
El pastel y los dulces configuran la parte central del buffet, pudiendo estar acompañados por caramelos, cup cakes y frutas recubiertas de chocolate fundido, que constituye uno de los sabores más demandado por los niños.
Candy bar. Foto: Morguefile.com Lee también: El rincón más dulce de tu fiesta: la candy bar
La mayor preocupación de este tipo de fiestas se genera a la hora de asegurar un buen entretenimiento para que los niños no se aburran. Además de los típicos juegos de mesa, las piñatas o los dibujos, podéis involucrar a los niños en la preparación de las galletas, en la decoración de los cup cakes, en la elaboración de pequeños cuadros a través de material reciclado o en la construcción de muñecos con gomaespuma. Si el tiempo lo permite, podéis salir al exterior e invitar a los niños a participar en la creación de un pequeño huerto o jardín, ayudándoles a plantar flores, plantas o semillas. Como alternativa también puede proponerse una pequeña discoteca, que les permitirá bailar y cantar sus melodías preferidas durante todo el tiempo que dure la celebración.
Si el presupuesto es más elevado también puede contratarse a profesionales de la animación, que garantizarán un espectáculo repleto de variedades como las marionetas, las pompas de jabón gigantes, los números de magia o los espacios de pintura para el rostro.
Algo que gusta y sorprende mucho a los niños es la entrega de un pequeño detalle que les recuerde lo agradable o divertida que ha sido la fiesta. Pueden utilizarse bolsas rellenas de globos, de caramelos, de plastilinas o de pegatinas.
Es importante recordar que se trata de una fiesta para niños, por lo que debe iniciar a media tarde y acabar antes de que se haga de noche. Se recomienda que la duración media sea de dos horas, ya que así podremos contener y controlar la euforia de tantos niños juntos.