Se trata de una situación tan real que seguro que cada uno de nosotros puede explicar al menos un caso parecido. ¿Cómo puede resolverse este dilema familiar? Con pequeñas actividades que, pensadas y organizadas con antelación, convertirán la presencia de niños en un valor que enriquecerá vuestra boda con miles de emociones y sensaciones positivas.
La elección deberá llevarse a cabo según el número de niños presentes en el banquete, su edad o el tipo de menú previsto para los adultos. El coste variará en función del restaurante y de la fórmula seleccionada, aunque si se trata de un grupo de niños numeroso saldrá mucho más rentable. Entre los platos de más éxito se encuentran los macarrones con tomate, la carne o las patatas fritas, aunque como alternativa también podría proponerse un plato al más puro estilo Happy Meal, con hamburguesa, verdura, fruta cortada y algún dulce incluido. Si preferís que vuestro banquete sea un buffet, es aconsejable que dispongáis una zona dedicada exclusivamente a los niños, añadiendo sándwiches, bocadillos pequeños, brochetas de fruta y cake pops.
Si vuestros pequeños invitados tienen al menos cinco años puede prepararse una mesa independiente para ellos, decorada con centros de mesa de colores, servilletas con juegos y manteles interactivos sobre los que podrán dibujar.
Para entretener a los niños y conseguir su atención puede contratarse a un grupo de animación, que les divertirá con trucos de magia, bailes de grupo, pompas de jamón gigantes, marionetas o incluso disfraces. Durante la comida o la cena, podéis preparar un baile para los más pequeños, dándoles todo el protagonismo que se merecen. Si los niños se encuentran en una franja de edad entre los 2 y los 5 años, es mejor optar por una baby sitter de confianza, que podrá encargarse de hasta 5 o 6 niños a la vez.
Una estantería repleta de juguetes y juegos de mesa, un libro sobre las bodas que puedan colorear o máquinas de fotos de usar y tirar. Cualquiera de estas ideas puede convertirse en una forma sorprendente de mantener entretenidos a los niños y dejarlos con la boca abierta.
Desde caramelos, golosinas y cestos repletos de piruletas de mil colores hasta juguetes de madera, muñecas de trapo o libretas y lápices de colores. Existen un sinfín de detalles que pueden convertirse en el regalo perfecto para los invitados más pequeños de la boda.