La gastronomía árabe es famosa por sus aromas, ese olor a especias, a cordero guisado, a hierbas aromáticas… Cuando degustamos un plato típico de alguno de estos países nos deleitamos con la mezcla de sabores y fragancias que emanan de ellos.
Mediante su cocina experimentamos sensaciones nuevas, conocemos otras culturas (porque la gastronomía es un interesante modo de acercarte a otro país y, por ende, a otra cultura), disfrutamos con sensaciones extraordinarias resultantes de esa mezcla de ingredientes y descubrimos otro modo de preparar alimentos. La comida árabe es la mejor prueba de ello.
Características de la comida árabe
No nos cansaremos de repetirlo: exotismo, sabor, aromas intensos… La comida árabe es muy peculiar, pero hay una serie de ingredientes que caracterizan sus platos:
Las especias. Cualquiera que haya probado la comida árabe se habrá dado cuenta de que es sumamente especiada. Los cocineros emplean diversas especias para resaltar los sabores de guisos y carnes. La más habitual es el curry, que es una mezcla de especias de origen hindú que se ha incorporado a la gastronomía árabe hasta acabar siendo parte imprescindible de muchos de sus platos. De hecho, una de las salsas más famosas de esta cocina es la salsa árabe de curry, ideal para aderezar carnes y verduras.
Además del curry, la cocina árabe emplea otras especias igual de importantes, como el azafrán, la cúrcuma, la canela o el zataar, que también es otra mezcla de especias, esta sí, típica de los países de Oriente Medio.
El arroz, la sémola y el sésamo. Constituyen la base de la mayor parte de la gastronomía árabe. La sémola es harina de trigo gruesa con la que se elabora el tradicional cuscús, uno de los platos más famosos de esta cocina. También es habitual encontrar elaboraciones realizadas con sésamo y con arroz. Con el sésamo se prepara el tahini, pasta que se elabora para complementar platos tan singulares como el humus y el faláfel.
Las verduras. Son las verdaderas protagonistas de los platos árabes. La base de su cocina la encontramos en el uso de arroces, sémolas y sésamos; las especias aderezan los platos. Pero el ingrediente protagonista por excelencia es la verdura. Berenjena, cebolla, tomate, pimiento, etc. Todos los platos de la cocina árabe conjugan distintos vegetales que dan fama a estos platos. Bien lo saben los amantes del tabulé, del maqluba y de las tortillas árabes de verduras.
Los garbanzos. Es otro ingrediente sumamente importante. Esta leguminosa es la estrella de platos tan archiconocidos como el humus, quizá el puré más famoso del mundo, o el faláfel, especie de croquetas elaboradas sobre una base de garbanzos.
La carne. Entendida como acompañamiento de los platos principales. Lejos de lo que sucede con otras gastronomías, en la cocina árabe la carne se emplea para acompañar los platos que configuran el menú, que son los que se preparan con verduras, especias y granos (ya cereales, ya arroz). La carne, cuando aparece, lo hace para complementar dichos platos, siendo el pollo y el cordero las habituales en esta cocina.