El verano es la estación del año en la que disfrutamos de las piscinas, las vacaciones, los viajes y… ¡las barbacoas! Llega el buen tiempo y todo aquel que tiene jardín, una gran terraza o una buena parcela se deleita con el sabor de unas chuletas, unos chorizos o unas sardinas cocinadas con carbón.
Y aunque todo el mundo sepa, a priori, preparar una barbacoa, lo cierto es que conseguir que la carne, la verdura o el pescado salgan perfectos no es tan sencillo como parece a simple vista. Disfrutar de una buena barbacoa conlleva prestar atención a muchos aspectos que contribuirán al resultado final, esto es, que el alimento esté bien cocinado y sabroso. En GuiaCatering queremos hablar de aquellos elementos importantes para poder presumir de barbacoa ante vecinos y amigos.
Productos de primera. Una buena parte del éxito de una barbacoa reside en la calidad de los productos. Cuanto mejor sea la carne, más posibilidades tenemos de que el resultado sea perfecto. Pero también depende del tipo de corte que tenga, porque los trozos más gruesos exigirán un mayor tiempo para que se hagan bien por dentro. Un consejo: no debemos poner la carne sobre la parrilla si la hemos sacado de la nevera justo antes. Se recomienda sacarla un par de horas y tenerla a temperatura ambiente en un sitio fresco hasta el momento de la barbacoa.
Por su parte, el pescado o marisco tarda muy poco tiempo en hacerse, por lo que tendremos que estar pendientes de que no se pase o se queme. Si vamos a elegir un pescado grande, también lo pondremos en un lugar de la parrilla que permita que el calor de las brasas vaya cocinando el pescado por dentro sin que se achicharre por fuera.
Por supuesto, tanto con la carne como con el pescado, las piezas que requieran un mayor tiempo deberán cocinarse en primer lugar y dejar para el final aquellos ingredientes que se preparen rápidamente. Así podremos disfrutar de aquellos alimentos que vayan saliendo y no tendremos que esperar mucho entre unos y otros. Ambos ingredientes, carne y pescado, deben acompañarse con verduras para que la barbacoa no sea aburrida. Unas patatas asadas o una parrillada de verduras (calabacín, berenjena, tomate…) suele ser la opción más aconsejable.
El carbón, siempre blanco. Nada de encender la barbacoa y poner la carne o el pescado directamente en las llamas. Así lo que conseguiremos es que no se hagan bien por dentro y se nos quemen por fuera. Debemos encenderla varias horas antes para que el carbón vaya soltando el exceso de humo y se genere una buena brasa. Una vez el carbón está blanquecino y las brasas rojizas, podremos colocar los productos sobre la parrilla. Recuerda: si tenemos la opción de regular la parrilla a diferentes alturas, aquellos alimentos que requieran de mayor cocinado deberán alejarse del calor para que no quemen por fuera y se queden crudos por dentro. Si el fuego se aviva, con sal gorda podremos controlarlo. Bastará con echar un poco sobre el carbón para que la llama se controle y podamos seguir cocinando.
No gires mucho los alimentos. Cuando coloquemos el pescado o las chuletas en la brasa, cuanto menos los toquemos, mejor. Solo lo justo para darle la vuelta cuando creamos que se han hecho por un lado. Si los giramos continuamente no conseguirán cocinarse de manera adecuada ni homogénea. Por último, no nos podemos olvidar de engrasar la parrilla y echar la sal al final.