Tradicionalmente siempre han sido los padres los que han ocupado un papel fundamental en la contribución económica para pagar la boda de sus hijos. Sin embargo, a día de hoy la crisis ha obligado a muchas familias a cambiar esta tendencia y a buscar nuevas estrategias para financiar la celebración, como por ejemplo el patrocinio de la boda.
La iniciativa, al principio vista como un gesto de mal gusto, ha alcanzado tanto éxito que con los años ha emigrado a la mayor parte de países europeos.
Son muchos los blogs o páginas web que a día de hoy se dedican a organizar este tipo de celebraciones, que requieren fundamentalmente de un contrato de patrocinio con el que recibir dinero o servicios gratuitos a cambio de publicidad. Es importante que la imagen del sponsor quede fijada por unos términos y unas condiciones precisas, cumpliendo sus exigencias pero teniendo siempre en cuenta el estilo decorativo que queremos que tenga nuestra boda. Además de utilizar la imaginación para reducir costes durante el banquete, gracias a este sistema podemos ahorrarnos hasta un 20% de los gastos.
Una vez realizada la lista con los posibles patrocinadores y en función de los servicios que necesitemos cubrir, es necesario ponerse en contacto con los proveedores. La mayor parte de las parejas opta por crear un blog en el que se publicita a los distribuidores incluyendo links a sus páginas webs y descripciones sobre sus servicios.
Algunos proveedores solicitan que su marca esté presente y tenga visibilidad durante el evento. Podemos repartir tarjetas de visita del fotógrafo, colocar el nombre de la pastelería sobre la tarta nupcial o incluso mostrar carteles en los que aparezca el nombre de nuestros patrocinadores.
El matrimonio patrocinado configura una nueva opción que permite a muchas parejas disfrutar del lujo de poder casarse sin tener que preocuparse demasiado por los costes que supone el celebrar un evento como éste.
Sin embargo, no debemos olvidar algo fundamental: para recibir patrocinio es esencial ser creativos y tener muchos conocimientos sobre Internet y sobre los posibles instrumentos de financiamiento. Quizá, antes de acudir al cursillo prematrimonial, sería conveniente acudir a unas clases de preparación sobre este tipo de competencias.