Los cocktails ya no son exclusivos de un momento. Son los protagonistas. De ser un aperitivo sofisticado, o incluso un delicioso paréntesis entre plato y plato, a tener su propio espacio ¡Y qué espacio! En cualquier acto o evento que se precie, impactar y cautivar a partes iguales con una barra de cocktails es imprescindible. Ahora bien, ésta tiene que estar en manos de profesionales diestros en el arte de las mezclas. Sólo así conseguirán otorgar al cocktail y al evento el toque de glamour que lleva inherente. Lo contrario sería echar a perder una velada.
No abusemos de los clásicos. Optemos por la originalidad. Ese toque de espectacularidad y combinación de sabores que explota con sólo llevar a los labios un buen cocktail. Los cocktails bien elaborados, escogidos y con los elementos justos visten cualquier catering y serán lo más comentado de la recepción. Al Tom Collins viértele una gin de tonos suaves. Para conseguir un Bloody Mary diferente utiliza un vodka premiun de cereza. Los Dry Gin y Gintonics saben a azahar y lavanda, a cardamomo o pimienta rosa con las tónicas florales de Schweppes o pueden adquirir el delicado color verde de tónicas gourmet como la Original Mint. Los más caribeños buscarán siempre el toque dulce. Para ellos, cocktails más afrutados como el de maracuyá, kiwi o el típico Daiquiri.
Quien sabe cómo sorprender en la creación de un combinado es el prestigioso cocktailman Javier de las Muelas. Su última creación son los ‘Droplets’, 6 o 7 gotas sin contenido alcohólico que cambian el sabor de un cocktail o de un plato. Para los aperitivos, los combinados deben llevar notas más ácidas y amargas. Son los más estimulantes para el estómago y ayudan a despertar el apetito. El vermut siempre es un acierto. Javier de las Muelas nos propone un Martini Rosso combinado con curaçao, ginebra, patatas fritas y aceitunas rellenas “es algo inolvidable”. Se puede impresionar con colores vivos como el del cocktail Blue Hawai o la combinación de champán y granadina de Red Sky. Hay destilados que llevan el color incorporado como el vodka premium UV de frambuesa y color azul o el exclusivo UV Vodka Cake de color rosa y sabor a tarta de cumpleaños.
Cómo impactar: los toppings
Para hacer las recetas más transgresoras decora el vaso con cubitos de hielo de colores. Son muy sencillos de preparar. Se logran con concentrados de fruta sin alcohol, como los que propone la Dama de Baza. Y basta con añadir unas gotas al agua. Si te animas puedes optar por hielos elaborados con trocitos de flores o frutas que añaden esencia a la mezcla y son visualmente irresistibles.
La decoración de los cócteles es algo vivo. De los elementos foráneos pasamos a una explosión de naturaleza en la copa: flores exóticas que se abren en el fondo del vaso como la Flor de Hibiscus. Comestible e hipnótica a la vista. Sus pétalos reaccionan con las burbujas. Un buen cocktailman sabe cómo sacarle partido al aroma, el sabor y la estética de una flor. La sutileza de los jazmines; los minúsculos pétalos de la Flor de Aliso o la electricidad de las Flores de Sichuan son sus grandes aliadas.
Frutas que maceran en la base de la copa. Sobre la que se vierten los destilados y que dejan extraer los aromas y sabores. Ahora son las especias de la ruta de la seda –Jengibre, polvo de oro…- los que navegan en una copa de Martini. También pequeños vegetales, frutas secas; fresas con menta, pasas en chocolate, bolitas de melón, granos de café cubiertos en chocolate todo lo que aporte un toque especial.
