No hay fiesta que se precie que no cuente con sus correspondientes food trucks, tan populares y que tan buena acogida tienen allí donde van.
Siempre son un acierto, pero con la llegada del buen tiempo se convierten en un excelente punto de encuentro de aquellos amantes de la gastronomía que quieren degustar sugerentes platos en un espacio diferente y distendido. Por eso, ahora, más si cabe, es tiempo de los food trucks.
Originarios de Estados Unidos, la primera gastroneta la encontramos en la carreta que el ganadero texano Charles Goodnight transformó, en 1866, en carro para comer. En la década de los años 30, llegan los primeros carros que vendían productos de la mano de Oscar Mayer. Menos de veinte años después, aparecen los tradicionales camiones de helados, tan típicos de la cultura americana. De estos vehículos procede el concepto de food trucks como lo conocemos en la actualidad, aunque mucho más evolucionado y sofisticado, pues algunos son verdaderas joyas gastronómicas, con cocinas de alto nivel que nada tienen que envidiar a la de muchos restaurantes de renombre. Porque no todos los foodtrucks son iguales, ni se dedican a vender solo salchichas o hamburguesas. Las gastronetas son más que eso.
Por supuesto, las hay especializadas en este tipo de alimentos (hamburguesas, crepes, pizzas, perritos calientes, tacos), pero también hay food trucks detrás de los cuales podemos encontrar a cocineros o reposteros de reconocido prestigio o profesionales que están asesorados por chefs famosos, algunos con premios e incluso estrellas Michelin. Por tanto, no se trata solo de un carrito de perritos calientes o de un establecimiento móvil de una determinada marca de comida rápida. Son verdaderos fogones donde pueden deleitarse aficionados a la codina y expertos culinarios.
Es quizá por eso por lo que suelen tener tanto éxito. De hecho, ahora que llega el verano, y con él, las fiestas patronales de muchos pueblos, las gastronetas son el elemento perfecto para aderezar los paladares de turistas y no turistas en muchas localidades de nuestro país.
El auge de estas cocinas sobre ruedas no hace sino crecer. Hay ciudades como Madrid en donde suelen concentrarse de manera periódica. Y foros dedicados exclusivamente a los food trucks, encuentros como el Food Truck Forum, que, por segundo año consecutivo, se ha celebrado este año en el Bilbao Exhibition Centre (BEC).
Lo que en un principio era una evolución de las tradicionales camionetas de comida rápida y helados americanos, se ha convertido en todo un fenómeno gastronómico, con ferias y encuentros del sector en el que se intercambian propuestas y que reciben la participación no solo de los dueños de los food trucks, sino también de todos los actores que intervienen en el proceso, desde los proveedores hasta las propias empresas de cáterin. Porque estas, las empresas especializadas en proporcionar servicios de cáterin, han incorporado estos camiones de comida como parte de su oferta gastronómica para eventos de diversa índole, ya sean bodas y bautizos, ya sean fiestas empresariales…
La revolución de la comida sobre ruedas, que nació al amparo de la crisis de los años 2008 y 2009, no hace sino confirmar que las gastronetas están aquí para quedarse.