Hace frío, hay menos horas de sol y las fotos en exteriores pueden resultar algo más complicadas. Sin embargo, casarse en invierno también tiene muchas ventajas solo se trata de saber sacarle el mayor partido a la estación de la nieve.
Por ejemplo, casarse en los meses más fríos del año suele resultar más económico, ya que muchos catering ofrecen ofertas especiales para bodas de invierno.
Boda diurna o iluminación especial
La forma más sencilla de compensar las pocas horas de luz natural que se tienen durante el invierno es organizar una boda diurna. Esta opción también favorece, por ejemplo, que la celebración pueda alargarse un poco más con la familia y los amigos más cercanos.
Foto de Lauren fair/Ruffled.
Aunque si la pareja prefiere un enlace vespertino, la falta de luz puede compensarse sin problemas empleando iluminación artificial acorde con el tipo de decoración que haya en el salón. Y, en general, tanto para los espacios exteriores como para los interiores, esta época invita a emplear velas o luces cálidas que imiten las propias del hogar.
Foto de Pinterest.
Localización invernal
Si la primavera o el verano son estaciones ideales para celebrar una boda en la playa, el invierno lo es para apostar por localizaciones interiores cálidas y acogedoras. Y, para conseguir este efecto, nada mejor que buscar espacios donde, por ejemplo, predomine la madera o, incluso, exista la posibilidad de encender una chimenea.
Foto de Shopia's.
Foto de Borrowed & blue.
Hay que asegurarse que los accesos al lugar de la celebración no van a estar cerrados por las inclemencias meteorológicas que puedan ocurrir. Pero una vez superado este posible inconveniente, ¿a quién no le gustaría participar de un enlace en un pequeño hotel de grandes ventanales en la montaña o una casa rural perfectamente acondicionada al lado de un lago?
Foto de Findrural.
Menú para combatir el frío
Las bajas temperaturas invitan a que en el menú del banquete esté compuesto por platos algo más energéticos que en otras épocas del año. De hecho, conviene que, aunque el cóctel de bienvenida sea ligero, el entrante ayude a entrar un poco en calor. Así, puede presentarse una crema suave, un caldo especial o una ensalada templada.
Foto de Goblin Catering.
Y como plato principal, las mejores opciones -sobre todo si cabe la posibilidad de prepararlas a la brasa o al horno- serán un buen solomillo, diferentes carnes de caza como perdices o pichones y pescados como la dorada o la lubina. Para la guarnición, nada mejor que elegir las verduras de temporada o productos como la calabaza, las castañas o los boniatos.
Foto de Alejandro Torres Catering.
Los más valientes también pueden apostar por algún tipo de estofado que se presentará de la forma más tradicional o adaptado a las exigencias de la cocina de vanguardia.
Foto de Molí Catering.
Detalles únicos
Y para que los invitados no olviden un día tan especial, esta época propicia que los detalles de recuerdo sean tan originales como un pequeño set de tés o infusiones, una bufanda de punto, mantitas individuales o, incluso, unos calcetines de lana.
Foto de bodasnovias